Sonidos en la cumbre
Paisajes
Fotografía de estío
Las cinco
luz meridiana sobre el páramo,
se toca el aire
en los dedos de la pupila y
un velo de transparencia celeste
nos envuelve con la simple frialdad del vacío.
Cien instantes para un segundo.
El viento azota con desigual pulso,
tanta quietud lastimaría sin su presencia
peinando el pajonal;
cerrando los ojos abrumados
se alejan los hombres
como barcas en un mar disecado
como banderas yermas sobre la llanura,
sus rostros sólo se fijan en el camino.
Las montañas desnudan su forma primitiva
cascadas de roca, conos helados expandiendo el crepúsculo,
una mano señala el horizonte
parece querer atraparlo
con palabras nacidas de una dicha extraña.
No hay pausa.
Continúan caminando
con su sombra alejándose de sus pies.
El agua corta la tierra negra
le arranca su olor crudo
se lo lleva para nadie a la quebrada.
La luz escapa
extática sobre la elipse de las aves
se pierde etérea
como las voces en la sima del olvido.