La huella esquiva
Kiko Troncoso
Nacido en los primeros setentas. Criado entre las aguas de Mondariz, las arenas de Nigrán y las grúas de Vigo, cogí las maletas como muchos de nuestros abuelos hacia América para certificar si seguía siendo un jardín como cantaba Nino Bravo, aunque fuera un jardín de voces nuevas y amables. Nunca he dejado de volver.
Ese vicio viajero se juntó a otros y a ver quién es el guapo que se saca esto del cuerpo y de los ojos. Los ojos… continúan excavando, buscando esa huella fugitiva que nos acerca a algo tan bello como inaprehensible: decir poesía es decir todo aquello que no puedo nombrar sin faltar a la verdad.