Metamorfose

Antes clavo en mi pie de apoyo

después piedra en el fondo de mi bolsillo

sometida a los ojos ciegos del tacto

de quien la toca todos los días

mientras trasiega las horas sin demasiada ceremonia.

 

Sé que está ahí,

tiene la forma de un botón grueso

compacto

áspero.

 

A fuerza de tocarlo

percibí que tiene unos círculos en los laterales

y esas líneas se fueron haciendo más marcadas con el paso del tiempo.

Ahora cuando lo acaricio

ya no se trata de algo tan pétreo

se ha transformado en un caracol

tímido y receloso del exterior

su concha se va descascarillando

abriendo lentamente su laberinto.

 

El calor de mis manos hace que se desenrollen sus volutas

que se estire como una cobra dormida

como una espiral de celuloide

que vaya trayéndome tu rostro

tu cuerpo

nuestros gestos

las escenas de mil días

que no hacen sino alumbrar nuestra memoria

tan preciada como finita.

Escenas que van llegando de tu mano

sin querer

sin esperar

sin dejar de revivir una vida tan vivida.

Comentarios (1)

  1. Trapa dice:

    Muy buena, como es habitual en ti.

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