La historia del poeta salvaje
Rexistencialismo
que nunca me atreví a ser
La historia del poeta salvaje que nunca me atreví a ser.
Lo admito. Pude haberme entregado a la bohemia con más ahínco. Al viaje con más libertad. A la irreverencia con menos tacto.
Pude haber llegado más hondo en el vaso. Haber negado la tiranía del reloj. Explotar la ferocidad contra mis enemigos.
Pude rendirme a la escasez, también sucumbir a la abundancia, incluso a la falacia del término medio.
Pude haber ardido, asesinado, adornado las paredes con mi sangre en forma de versos alucinados.
Pude incluso con la pendencia entre el ego y el pude, pero no me atreví.
Quizá los momentos me anticiparon.
Quizá el personaje hubiera engullido al hombre y nadie hubiese logrado contar su historia.
Quizá me di cuenta que lo único salvaje de un poeta es su voz.
….. su mármol y su día
su infalible mañana y
su poeta.