La escena
Paisajes
La escena te invade
como una gran maqueta infantil
que tuviera el poder de circundarnos.
El mar lamiendo la arena
las gamelas desordenadas
al liberarse del poder gregario y alineador del viento
La escena te invade
como una gran maqueta infantil
que tuviera el poder de circundarnos.
El mar lamiendo la arena
las gamelas desordenadas
al liberarse del poder gregario y alineador del viento.
Las poteras volando en el muelle
a modo de saltamontes de neón sobre el agua
El faro ostentando periódicamente su alcance
los reflejos
la noche.
Adentrándote en la oscuridad de la playa
todo queda atrás
parece una fiesta de pueblo
esperando que le pongan banda sonora.
A mitad del arenal
una figura
me despierta de mis ensueños y sus redundancias
es una mujer madura paseando en dirección contraria
su pelo rizo
su abrigo esponjoso
apresurado su paso
(quizá por el extraño que se va a cruzar).
Somos testigos de la misma noche en calma
y seguramente también compartimos el mismo talante solitario
creo que lo adivinaré en su frente,
en la determinación de sus labios
antes de darnos la espalda.
Una ráfaga del faro
me regala un fotograma inesperado
esta mujer supuso un encuentro estimulante
-anhelado incluso-
para todo mi ser durante algunos lustros
una fantasía tan hermosa como irreal
(ambos términos se necesitan para un imaginador nato).
En un primer momento
(sin verme en el espejo)
evalúo como la ha tratado el tiempo
después me percato
que de algún modo
quizá las mandíbulas del deseo
se van olvidando de mi carne y su incipiente nostalgia.
Precioso relato,me parece evocador,me transmite paz ,quizá porque a mi me encanta pasear en solitario.
Keep walking! 😉
Muchas gracias Paz por pasearte también por aquí y compartir.